En el primer día del Festival Estéreo Picnic la lluvia no detuvo a la multitud sedienta de música, los artistas nacionales e internacionales llenaron el campo Briseño de sonidos diversos e inigualables. Cada golpe de batería y acorde de guitarra se sentía en el pecho, con un pálpito cada vez más fuerte.
En el primer día del Festival Estéreo Picnic la lluvia no detuvo a la multitud sedienta de música, los artistas nacionales e internacionales llenaron el campo Briseño de sonidos diversos e inigualables. Cada golpe de batería y acorde de guitarra se sentía en el pecho, con un pálpito cada vez más fuerte.