Nada hace más daño que vivir desde la total desconfianza, porque quien así vive tiende a entender como una continua amenaza a los que están a su lado. Como no está seguro de que lo están traicionando, sino que simplemente sospecha por su estado interior de desconfianza, no rompe con ellos pero tampoco aprovecha relacionarse y trabajar con ellos logrando la eficacia posible.
Nada hace más daño que vivir desde la total desconfianza, porque quien así vive tiende a entender como una continua amenaza a los que están a su lado. Como no está seguro de que lo están traicionando, sino que simplemente sospecha por su estado interior de desconfianza, no rompe con ellos pero tampoco aprovecha relacionarse y trabajar con ellos logrando la eficacia posible.