Una fuente de sufrimiento para el ser humano es creer que merece todo, ya que esto lo lleva a vivir desde el reclamo y la queja constante. Es evidente que muchas de las cosas que logra y tiene son fruto de su esfuerzo y las merece, pero no puede negar que muchas otras son producto de la generosidad de otros seres humanos y, ante ello, lo único que puede hacer es agradecer. Lamentablemente, son muchas las personas que, por vivir en la creencia del absoluto merecimiento, terminan olvidando la gratuidad de gran parte de lo que reciben.
Una fuente de sufrimiento para el ser humano es creer que merece todo, ya que esto lo lleva a vivir desde el reclamo y la queja constante. Es evidente que muchas de las cosas que logra y tiene son fruto de su esfuerzo y las merece, pero no puede negar que muchas otras son producto de la generosidad de otros seres humanos y, ante ello, lo único que puede hacer es agradecer. Lamentablemente, son muchas las personas que, por vivir en la creencia del absoluto merecimiento, terminan olvidando la gratuidad de gran parte de lo que reciben.